Lúcuma
[ Capítulo 5 ] [ Capítulo 7 ] [ Capítulo 23 ] [Capitulo 12 ] [ capitulo 49 ]


Lucuma - capítulo 5

Ricardo me traía Placidil y automáticamente el dolor en la cabeza desaparecía, y todo encajaba en cada uno de los huecos de la pared, lo malo era que cuando me levantaba, o creía levantarme, sentía un profundo miedo a no poder dormir otra vez. Al principio el dolor se presentaba como una especie de frío en la boca del estomago, frío en todo el cuerpo y sudaba como un cerdo, me convertía en un papel blanco, pálido y lleno de sudor, luego aparecían las nauseas, las arcadas y ese puto dolor en toda la cabeza y sobre todo ese miedo a no poder dormir me volvía loco.

"La causante de la herida es la única que la puede curar", repetía constantemente. Ricardo me comenzó a abandonar, yo luchaba para que no me lo quiten, pero los mandriles venían y Ricardo al verlos se iba como gato asustado, Ricardo conocía perfectamente la causa de la enfermedad, de los cortes, de los problemas con la policía y de las demás cosas.

"La causante de la herida es la única que la puede curar"
Demerol a eso de las cinco y el reloj se derretía al abrir los ojos, no dormía, temblaba y ahí ellos aprovechaban y me decían muchas cosas para que haga.
Hacia calor y no te imaginas lo que fueron los últimos días fuera de aquí; la gente, la bulla eran espadas en el culo , las calles, las mismas calles que ella me obligó a recorrer sin su mano de lúcuma.

Todos los demás tenían cosas que hacer, y no venían a dejarme cigarrillos; a veces Erick venía y tocaba algo con la guitarra. Se que aun no estoy del todo bien, sin embargo se que con solo media pastillita de Dilaudid me basta para escuchar su quebrada y amarilla voz.


Arriba

©Derechos reservados prohibida la reproducción sin autorización del autor
gcanale@chaclacayo.com